viernes, 7 de diciembre de 2012

SCIVIAS -( Hildegarda de Bingen )

 

“Después de esto vi que un cierto resplandor blanco como la nieve y traslúcido como el cristal rodeaba aquella imagen de mujer desde la punta de la cabeza hasta la garganta. Y desde la garganta hasta el ombligo la circundaba otro resplandor de color rojo que rojeaba como la aurora desde la garganta hasta los pechos, pero desde los pechos hasta el ombligo brillaba como púrpura mezclado con jacinto. Y allí donde rojeaba como la aurora, extendía su claridad hacia arriba hasta los secretos del cielo, en la que apareció una imagen bellísima de una joven con la cabeza desnuda y cabellos negros, vestida con una túnica roja que se desplegaba en torno a sus pies. Y oí una voz del cielo que me decía: “Ésta es la floración de la Sión superior, madre y flor de la rosas y de los lirios de los valles. Oh floración, serás entregada como esposa del rey poderosísimo para que engendres una afamadísima prole cuando sea tiempo de tu vigor”.
 

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